viernes, 27 de febrero de 2015

Reseña: Jormungand


El género de acción, dentro de un contexto realista y sin elementos fantásticos, es algo que raramente vemos en el anime. Puede que a muchos le resulte conocido Black Lagoon; sin embargo, hoy voy a hablar de otra serie que no ha gozado de tanta popularidad pero bien podría considerarse de las mejores dentro de su género. Hablamos de Jormungand.

La historia comienza cuando un niño soldado llamado Jonah es contratado como guardaespaldas de Koko Hekmatyar, una joven y extravagante traficante de armas. La propuesta de Jormungand es simple: acompañar a Koko y a su particular grupo de mercenarios mientras viajan por el mundo llevando a cabo su peligroso oficio. Gran parte de la serie se divide en pequeñas historias autoconclusivas con grandes dosis de acción que se contrastan con escenas y diálogos más distendidos e incluso humorísticos. El argumento principal de la serie no empieza a desarrollarse hasta los últimos capítulos y el final puede resultar algo decepcionante, no obstante, esto no llega a estropear la experiencia en absoluto.
Jormungand no es recomendable para aquellos que esperen una fiel representación de la crudeza del tráfico de armas pues aunque en numerosas ocasiones lo trata con seriedad, lo cierto es que no la suficiente como para referirse a algo tan polémico. Pero esto es anime y el anime tiende a ser extravagante.


Los indiscutibles protagonistas son los ya citados anteriormente: Jonah es un especialmente hábil combatiente que, irónicamente, odia las armas y a aquellos que las usan. Por su parte Koko es una joven muy polifacética que ha sabido ganarse el respeto de sus subordinados; aparentemente alegre e inmadura en el trato personal pero fría, cruel y calculadora en lo profesional. Por último, pero no menos importante, tenemos un gran número de personajes secundarios cuyas breves pero brillantes intervenciones son uno de los pilares principales de la serie.

Acerca de la animación, decir que tiene aspectos buenos y otros... no tan buenos. Es una mezcla de ideas clásicas con ideas propias del estudio que no dejan de desentonar casi repetidamente.  El estudio encargado hizo un gran trabajo artístico en referencia a los fondos de acción y la ambientación en general. Estos están muy detallados, con una amplia gama de colores y en definitiva son una buena "cena" para la vista. Por otro lado, los personajes se presentan mas bien de una forma un tanto mediocre y apostaría  que su diseño no fue de mucha importancia basándome en algunos detalles de los mismos, y sí detenemos la imagen por momentos podremos ver muchas desproporciones en ellos, algo que algunas veces puede llegar a chocar un poco. No cuentan con la diversidad de expresiones que un catálogo de personajes de este tipo se merece y algunas hasta llegan a ser un tanto repetitivas; os cansaréis de ver los tediosos "ojos negros" sin motivo alguno. pero, mas allá de lo anterior, la interesante trama no nos dejará caer en el tópico de juzgar un libro por su portada o en este caso, una serie solo por su animación.
Por sobre todo, nos quedamos con el contraste lumínico del que está dotada la serie en parte, gracias a la propia ambientación.

La banda sonora tiene como única finalidad el servir de acompañamiento, nada que destaque por si mismo. Lo mismo se puede decir de los temas de apertura, aunque unido a su apartado visual consiguen poner al espectador a tono para cada episodio.

Jormungand puede no ser excelente en ningún aspecto pero cumple con lo prometido, ofrecer un intenso y completo entretenimiento, orquestado por una protagonista capaz de hacer sombra al mismo Light Yagami (Death Note). En resumen, perfecto para matar el aburrimiento y muy recomendable si series como Black Lagoon o Requiem of the Phantom te dejaron con ganas de más.  Por todo lo anterior, creo que este anime se merece un bonito 7'5/10.

Podéis verlo aquí.

Tuki-sempao.



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